Músicos del último grupo del «cantor de los humildes» se reunieron en la Redacción de época para contar anécdotas, infidencias y detalles desconocidos de su historia. Un homenaje a una de las figuras más populares de Corrientes.
Encontrar los orígenes de la carrera del bailantero resulta difícil y existen pocos datos que den cuenta cabal de sus primeros pasos en la movida tropical. Más aún si se tiene en cuenta que la penetración de las redes sociales y celulares, que permiten mejores registros en la actualidad, son privativas del Siglo XXI.
Obtener fotografías de buena calidad también representa un desafío y las únicas que existen corresponden a imágenes tomadas con cámaras de rollo. Sin embargo, para comenzar el largo camino que implica reconstruir su historia, diario época reunió a los últimos músicos que lo acompañaron hasta su muerte el 4 de septiembre de 2011.
Los integrantes de Brisa de Luna visitaron la Redacción para recordar a quien fuera líder de la banda y un gran amigo. Abel Ojeda (bajo), Daniel Ramírez (tumbadora), Carlos Escato (batería) y Marcos Duffort (teclado) revivieron las presentaciones finales y trataron de resumir su carrera musical.
Saturnino Molina nació el 28 de noviembre de 1956 en Corrientes Capital y su incorporación a la escena musical se dio de forma imprevista. «Él comenzó vendiendo diarios en la calle y cantaba mientras los ofrecía. De esa forma fue descubierto y lo invitaron a cantar», comentó en una entrevista para un documental Yolanda Aquino, madre del cantante, quien vive en la actualidad.
Por otra parte, según relató a época Alfredo Escobar, un bajista que vio nacer su carrera, su primera incorporación fue en conjunto del barrio Belgrano denominado Los Dátiles, en 1983. Luego, pasó a los Embajadores Colombianos del barrio Santa Teresita y de ahí a «Lito y Sus Imperiales», del Chaco.
Nace una leyenda
«Grupo Cereza con Choclito a la cabeza», era la leyenda de los afiches que por la calles anunciaban sus presentaciones en templos de la movida tropical, como el Club Juventus, Club Pingüinos y Club Córdoba, a inicios de la década del 90. A este grupo llegó por invitación (la banda ya había contado con otros cantantes) y con ellos grabó dos discos de vinilo. El primer material, que contaba con 12 canciones, abría con su éxito más recordado: Con Peleas y Besos. «Fue Juan Carlos Barrios, un reconocido sonidista local, quien le recomendó el tema. Al principio, Choclito no tenía fe y nunca pensó que iba alcanzar semejante difusión», contó Abel Ojeda.
Todas las canciones del artista eran versiones de canciones de otros músicos. «Con Peleas y Besos es un tema que viene de Brasil», sostuvo, por su parte, Daniel Ramírez. No obstante, en la cultura popular es imposible imaginarse el ritmo con otro intérprete que no sea el correntino. Lo mismo ocurre con «Inolvidable Amor» (tema que entró en el segundo disco), una obra que corresponde a Los Yonicºs de México y que el argentino supo interpretar con mucho cariño para todas las madres.
Los músicos recordaron que a lo largo de su trayectoria recibió ofertas de Pasión de Sábado para tocar en Buenos Aires y de «Pacalo» Dip para expandirse al Chaco, pero nunca aceptó salir de Corrientes. Incluso, Roberto Dávalos (líder de Los Dinos) se comunicó con él tras quedar encantado con su interpretación de «Golondrinas».
Brisa De Luna
El tecladista, Marcos Duffort, rememoró que tras grabar «El Cumbiazo Correntino» con Quo Vadis, en 1996, Choclito se alejó de los escenarios hasta 2004 cuando, por pedido de «El Flaco», Juan Carlos Cosarinsky, retomó la actividad.
Con Quo Vadis tuvo mucho éxito «La Ventanita», del Grupo Sombras. «Aparte del cansancio, Choclito tenía un complejo muy grande por su pierna.Tanto que en televisión no le gustaba que lo enfoquen de cuerpo entero», aseguró Abel. Incluso, comentarios malintencionados, por la calle y en las bailantas, aseguraban que tenía una pata de palo. «El normal desarrollo de una de sus piernas se vio afectado de niño cuando contrajo poliomielitis. Tuvo su extremidad enyesada, pero los médicos no le retiraron el yeso a tiempo», explicó.
Algunas voces señalan que fue así como se ganó su apodo «Choclito» o «Chuequito», dos términos que suelen servir como sinónimos en las barriadas correntinas. «Si bien hubo versiones de que Choclito se le asigno porque siempre usaba camisas amarillas, nadie nunca lo conoció con otro apodo», expresaron.
«Brisa de Luna» nació como una propuesta de Cristian Luque, la última voz de Quo Vadis en octubre de 2004. En ese entonces, Marcos y Daniel formaban parte de este grupo y para noviembre tuvieron su primera presentación en «La Cumbre», un boliche que estaba ubicado por avenida Maipú.
Tras el éxito multitudinario de su regreso, grabaron su primer disco al año siguiente: «En Silencio te Amaré». El segundo trabajo fue «La Historia Continúa» de 2008. Todos bajo el sello Fermín Ybarra (FY).
Las presentaciones se dieron dentro de la provincia de Corrientes y sus exintegrantes aseguran que convocaban más público que Eclip C’ y Yiyo y Los Chicos 10. «Por ejemplo, cada vez que íbamos a tocar a Itá Ibaté, la camioneta avanzaba a paso de hombre por la cantidad de gente que se abalanzaba a saludarlo en los ingresos. La diferencia de convocatoria también se traducía en mejores ingresos, lo que podía poner celosos a otros destacados», trajo a la memoria Carlos Escato.
Los temas más pedidos por sus seguidores era «Con Pelas y Besos» , «Golondrinas» , «A pesar de mi pobreza», Inolvidable amor y Ruperta.
El final
Choclito murió el 4 de septiembre de 2011 en el Hospital José Ramón Vidal tras padecer cáncer de pulmón. Sus últimos años los pasó en el barrio Punta Taitalo, donde se dedicaba fabricar ladrillos. Dejó dos hijos, un varón y una mujer.
El último show fue el 18 de diciembre de 2010 en Mister George Disco. «Luego de esa representación tuvo un problema con su mujer y sufrió una depresión muy grande que empeoró su enfermedad», aseguraron. A esto se sumó que «fumaba a cada rato».
Pese a los ingresos que generó para muchos organizadores de espectáculos de cumbia, Choclito murió pobre y en el olvido. «Estuvimos con él en los días finales. Muchas veces le llevamos queso con membrillo (su postre favorito) o le cargábamos crédito a su celular», aseguraron.
Otro de los motivos de su parate de ocho años fue que el primo de un reconocido animador le quedó a deber mucho dinero. «Cuando volvió a cantar, puso como condición determinante no participar de fiestas patronales. Se sintió muy explotado, y tenía razón. Hay gente que cosechó su misma popularidad y hoy tiene camionetas y caserones, pero Choclo murió en la extrema pobreza», sentenció Ojeda. El único coche que tuvo fue un Renault 4 y a lo largo de su vida era más común verlo en una motocicleta 110.cc marca Mondial.
A la vez, los músicos afirmaron que ninguno de los empresarios que se decían sus amigos fueron a despedirlo. Quienes sí lo acompañaron fueron sus seguidores que organizaron una caravana hasta el cementerio de Laguna Brava.
Un personaje
Aspectos de su personalidad que remarcaron fue su generosidad y su gusto por la pesca en canoa. «A su vez, si tenía confianza con uno hacía muchos chistes, pero si no, enseguida ponía límites», dijeron. El Club Boca Juniors y las riñas de gallos fueron otros de sus hobbies.
Continúa
El grupo Brisa de Luna continúa realizando presentaciones bajo la dirección de Marcos Duffort. Cuenta con cinco integrantes que provienen de barrios como Unión, Laguna Seca, Jardín y del barrio Itatí.
Los cinco artistas son no videntes y hacen sus versiones de clásicos de la cumbia y el chamamé.
Realizan actuaciones en fiestas patronales y eventos privados. Los números de contrataciones son 3794-595289 y 3794-401204.
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